¿Dónde está la verdad?
Toda mi vida he buscado la verdad en todo lo que he hecho. Durante mucho tiempo he escuchado y seguido a mucha gente.
He leído muchos libros, incluso los considerados sagrados, de varias tradiciones religiosas y culturales, buscando y comparando, hasta que me di cuenta de que no hay maestros mejores o menores, escritos superiores o inferiores porque la verdad está dentro de nosotros y nos corresponde descubrirla.
No podemos descubrirlo en otros o en textos sagrados porque otros o las sagradas escrituras sólo sirven como un espejo. Sólo reflejan el nivel de verdad que ya hemos alcanzado dentro de nosotros mismos. ¡Nunca podremos descubrir nada más!
Hay tantos niveles de verdad en mi experiencia, algunos más pequeños y otros más grandes, verdades más superficiales y verdades más profundas contenidas una dentro de la otra. Todos ellos son verdaderos pero a diferentes niveles.
Pienso, por ejemplo, como practicante de karate, que cada movimiento de una kata puede tener tantos significados. Con el tiempo y la experiencia, cuando un practicante está listo, los descubre; pero las aplicaciones más profundas no niegan la validez de las más superficiales, quizás representadas por un simple desfile.
Según mi experiencia es necesario que este desfile se practique infinitamente y de infinitas maneras hasta que el instinto y la espontaneidad hagan que uno descubra un significado más profundo.
No se puede saltar a un nivel más alto. Hay que practicar cada nivel hasta que se integra, porque sólo entonces se abre espontáneamente el nivel más profundo.
Los diferentes significados que surgen más tarde son todos verdaderos.
Cuando hay una tormenta y llueve, la lluvia es una verdad real y se contrasta con el sol y el cielo despejado, lo cual es una verdad falsa: Si la lluvia es verdadera, el sol no lo es. No pueden existir al mismo tiempo.
Pero si subo un nivel y voy por encima de las nubes veo el sol brillando con el cielo despejado me doy cuenta de que estos dos hechos son opuestos y no opuestos y son ambos verdaderos al mismo tiempo.
En mi vida he aprendido que lo que parece falso es en cambio verdadero en un nivel más profundo y que dos cosas que parecen opuestas se convierten simultáneamente en verdaderas cuando se ven desde un nivel de conciencia diferente. También he comprendido que no necesitamos maestros de la vida (aunque siempre tenemos la libertad de hacerlo) que nos digan qué hacer y qué es verdad y qué no, sólo tenemos que aprender a ver dentro de nosotros mismos.
Así como usamos un espejo para ver nuestras caras, tenemos espejos especiales para ver dentro de nosotros mismos: desde las sagradas escrituras, a los libros, a las personas que entran en nuestras vidas, a los que se quedan con nosotros y a los que se van, y las situaciones y circunstancias en las que nos encontramos involucrados. Más en general, podemos aprender a observar y leer en el gran espejo de nuestras vidas, que a veces puede parecer un laberinto cuya salida no podemos encontrar, pero que en realidad es simplemente una gran metáfora de "QUIÉNES SOMOS Y DÓNDE ESTAMOS" en nuestro proceso de crecimiento en este momento.
Luigi Zoia